¿Somos esclavos de la deuda… o sólo unos ingenuos de manual?

Imaginen, por un momento, a Adam Weishaupt, -supuesto- fundador de los Iluminati allá por el siglo XVIII, hojeando (y no menos ojeando) un periódico actual. ¿Qué pensaría al ver que su 'modesta' sociedad secreta (sin ánimo de lucro, siempre se ha de decir eso... parece ser!), creada para combatir la superstición y el poder eclesiástico, ha sido convertida en el chivo expiatorio favorito de teóricos del YouTube?

¿La constante búsqueda es el único significado de este mundo?

¿El rollo de la vida es solo buscar y buscar?

¿Y qué buscamos? La belleza, la perfección... el vivir o sobrevivir o,¿ tal vez el 'sobrevivirnos'?

¿Dime con quién vas y te diré con quién vienes?

Esta otra ocurrencia mía, tengo tantas (y esperemos que no todas de este calado), es una evidencia como un Vespino en doble fila (poca, pero evidencia hay).

Y sin más remedio, porque es lo que toca, veamos este asunto más detenidamente, aunque igual -o más- de ironicaMente...

¿La vida suscribe el amanecer en tu boca?

Esta ocurrencia mía, a bote pronto (o más bien a voz de pronto), de "La vida suscribe el amanecer en tu boca", sin interrogación, es un espasmo poético que, muy de vez en cuando (cada vez menos), tengo; por suerte, ¡porque me salva tanto! Tanto el espasmo poético como la frase en cuestión, quiero decir (que es y es o son lo que me salva. Y el "por suerte" es porque lo sigo teniendo, pero no por el "muy de vez en cuando", o sí).

¿Es la mejor opción para este mundo la desaparición de la especie humana?

Evidentemente no hemos podido titular este artículo como: "¿Es la mejor opción para este mundo la desaparición de la humanidad? Porque ésta, la humanidad, hace mucho que se extinguió... si es que existió alguna vez.