Imagina que toda tu ciudad se sumerge en la oscuridad total durante días. Los semáforos se apagan, los hospitales luchan por mantener a los pacientes vivos, y las comunicaciones se cortan completamente. Esta pesadilla tecnológica no es ciencia ficción.
Los recientes apagones en España y Francia nos recuerdan que Europa tampoco está exenta. Miles de hogares españoles perdieron electricidad recientemente, mientras Francia experimenta cortes masivos estos días. Estos eventos demuestran que los apagones siguen siendo una amenaza real y presente.
Los apagones masivos han marcado la historia moderna con consecuencias devastadoras. Millones de personas han experimentado el colapso total de sus vidas cotidianas. La electricidad sostiene nuestra civilización, y su ausencia revela nuestra extrema vulnerabilidad.
Desde 1965, los grandes apagones han demostrado que ningún país está preparado completamente. Las ciudades modernas se convierten en junglas urbanas peligrosas. La tecnología que nos conecta desaparece en segundos.