Tommy Fitzpatrick roba una avioneta y aterriza en...
30 de septiembre de 1956: Una noche que prometía ser normal se convirtió en una historia legendaria para Tommy Fitzpatrick, un piloto con un pasado turbulento y dos grandes pasiones: la bebida y volar.
La apuesta: En un bar de Washington Heights, durante una celebración de despedida de soltero, la osadía de Fitzpatrick se vio desafiada por sus amigos. Lo retaron a viajar desde Nueva Jersey hasta Manhattan en solo 15 minutos. Bajo la influencia del alcohol, Tommy aceptó el reto, sin imaginar las consecuencias.
El robo: Cerca de las 3 de la madrugada, Fitzpatrick se dirigió al Aeropuerto de Teterboro en Nueva Jersey. Sin autorización, se subió a una avioneta Cessna 172 de la Escuela de Aeronáutica, despegando sin luces, sin contacto por radio y en estado de ebriedad.
El aterrizaje: Con Manhattan como destino, Fitzpatrick logró aterrizar la avioneta en la avenida St. Nicholas, justo frente al bar donde había comenzado la desafortunada apuesta. El hecho, presenciado por varios testigos, generó conmoción y sorpresa.
La segunda hazaña: Increíblemente, la historia no termina allí. Al no ser creído por las autoridades sobre su hazaña, Fitzpatrick decidió probar que no mentía. En la misma noche, bajo la influencia del alcohol, volvió a colarse en el aeropuerto de Teterboro, robó la misma avioneta y repitió el aterrizaje en Manhattan, esta vez en la calle 110.
Consecuencias: Tras su segundo aterrizaje, Fitzpatrick fue arrestado y acusado de robo y peligro imprudente. A pesar de su historial de problemas con el alcohol, su experiencia como piloto militar le permitió evitar una condena mayor. La historia de Tommy Fitzpatrick se convirtió en una leyenda urbana, un relato de audacia y locura que aún hoy se recuerda en Nueva York.
Historias Sorprendentes | por Ernest Xínoga
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