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¿Sigue siendo primavera en mundos paralelos?

Los mundos para_lelos existen.

Los habitantes de esos universos alternativos deambulan entre nosotros cada día. Observan reality shows como si fueran documentales de National Geographic. Compran productos milagro en teletienda a las tres de la madrugada. Creen que los influencers son filósofos contemporáneos.

¿Dónde viven exactamente estos seres de dimensiones alternas? En esos lugares mágicos donde el sentido común cotiza en números rojos. Allí florecen eternamente, ajenos al paso de las estaciones mentales. Son los 'primaveras' perpetuos de la anti realidad en ávida pejiguería ilustrada: 'porculeros' de toda la vida, larga vida... al 'porculero', ¡qué remedio!

Estos ciudadanos de 'realidades' paralelas han desarrollado superpoderes únicos. Pueden ignorar datos científicos con la misma facilidad que respiran. Transforman opiniones en verdades absolutas mediante procesos alquímicos desconocidos. Su mayor habilidad: convertir la ignorancia en felicidad pura.

La vida transcurre plácidamente en sus dimensiones alternativas. Allí, los terraplanistas organizan cruceros por el borde del mundo. Los antivacunas celebran conferencias sobre inmunología cuántica. Los negacionistas del cambio climático venden aires acondicionados en el Ártico.

¿Qué comen estos habitantes de universos paralelos? Se alimentan exclusivamente de titulares sensacionalistas. Digieren chismes cotidianos como si fueran vitaminas esenciales. Su dieta se completa con ética inventada, y no menos establecida (para eso se hizo y la encargaron a relevantes autores de sueldo barato), de todo libro, con Nobel o sin él, del siglo XX.

Sus rituales sociales resultan fascinantes para cualquier antropólogo. Se reúnen en grupos para compartir cadenas de WhatsApp. Debaten apasionadamente sobre temas que desconocen por completo. Votan políticos basándose en memes de dudosa procedencia... aunque gracias a estos memes hay algo de base más sólida, como seria, abandonando ya sus propios ideales que siempre fueron de otros.

La educación en estos mundos paralelos sigue métodos revolucionarios: como que los doctorados honoris causa se consiguen con mil likes en Instagram.

¿Cómo reconocer a estos viajeros interdimensionales? Utilizan frases como "yo no soy racista, pero..." con total naturalidad. Explican fenómenos complejos con analogías futbolísticas. Citan a los politólogos de la televisión como fuente de sapiencia incuestionable.

Sus relaciones amorosas siguen patrones únicos. Mantienen relaciones tóxicas porque "el amor todo lo puede". Confunden celos con pasión y posesividad con cariño.

El trabajo en estas dimensiones alternativas ha evolucionado notablemente. Todos aspiran a ser emprendedores vendiendo cursos de éxito. Las profesiones tradicionales han desaparecido. Ahora todos son coaches de vida, influencers gastronómicos o consultores en felicidad.

¿Cuál es su mayor temor? Que alguien les demuestre que están equivocados. Por eso han desarrollado escudos deflectores de argumentos lógicos. Cuando los datos contradicen sus creencias, simplemente cambian de canal mental... y, por supuesto, la culpa la tiene y la tendrá siempre su abatido, por abrumado debido a la sobredosis de aburrimiento, su interlocutor.

La tecnología en sus mundos paralelos sirve propósitos específicos. Los teléfonos móviles son exclusivamente para selfies y videos de gatas y -más- perras (¡viva el lenguaje 'inclusive'!). Internet existe únicamente para confirmar prejuicios preexistentes. Las redes sociales funcionan como cámaras de eco personalizadas: éstas, a todos los unen en un desencuentro personal.

¿Seguirá siendo primavera eternamente en estos universos para lelos? Probablemente sí. Mientras la ignorancia sea más cómoda que el conocimiento, estos mundos paralelos seguirán floreciendo.

Sus habitantes continuarán viviendo felices en su eterna primavera mental. Ajenos al otoño de la razón que se acerca 'inexorablemente'... qué diría un intelectual del montón del lodo más cercano.

Y acabo como empecé (como siempre), cuestionando: "¿Sigue siendo primavera en mundos paralelos?", bueno, ya lo he cuestionado un par de párrafos más arriba de esta lectura, pero...

La respuesta, obviamente (una vez más), es la del enunciado (cartelito ilustrador) de nuestra sección:

Si es sólo sí. Si no, no. ¿Está claro?

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Si es sólo sí | por Señor de Cascales & cIA

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Nota: publicado cada domingo
+Nota: manténganse atentos... falta les hace! :)


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