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El virus ponzoñoso de la sífilis constitucional


- ¡Pero qué diablos puede haber! Doctor, le pregunté, ¿por qué este hombre no se cura?

Lo que hay, me contestó brutalmente con el gesto impaciente del experto que se ve obligado a confesar su error, es que he sido llamado aquí para curar una herida de bala y no barros de polvos viejos, que su amigo tiene la sangre envenenada, que corre por sus venas el virus ponzoñoso de la sífilis constitucional.

Eso es lo que hay.

Y, como leyera en mi semblante la sorpresa que sus palabras me causaban:

¿Se asombra Vd., no es verdad, un individuo joven y robusto, cree que es imposible, absurdo lo que le digo?

Así el exterior engaña, así inducen en error las apariencias. Fuerza, vigor, salud, todo se ve reunido en ciertos hombres, hasta exceso plétora de vida parece que hay en algunos, se diría que el tiempo mismo fuera impotente de quebrar la resistencia de sus constituciones de fierro. Son esas plantas exuberantes de savia cuya corteza tersa y dura parece desafiar hasta el filo del hacha que las parte, mientras tiene el corazón podrido, taladrado por bichos que las devoran.

Aquí, el taladro, el gusano roedor se llama...

Una lectura significativa, o tal vez no. Depende de la parábola que haya puesto en la mente cada imaginación de cada cual: peor que hubiera sido realidad frente a imaginación, de no serla la que vivimos.

Y son así las metáforas, las que hablan cuando todo se calla. Como la ironía, también, que responde lógica en tiempos de burdos matices y demás desvíos de verdades sonantes... a ilógicas exposiciones que crean el absurdo justificante o una excusa de daños continuados.

O dicho de otro modo: no sé el porqué habré recuperado dicho texto. Me lo habrá traído el pronto, o dado el momento. Quizás al revés. Y qué más da si traidor o dador... si el que lo reparte, 'lo cuente'.

Este es mi primer post en esta web, no menos Blog, todo lleno de anglicismos que no es más que un compendio de publicaciones en la que me hallo, y hallaréis, y en la que estoy bien hallado. Desde ahora, y de vez en cuando, algo os publicaré de antes: imperecedero, verdadero... de Literatura y, por supuesto, de Historia y no más historias de la actualidad ni mucho menos de la historiografía oficial.

Gracias por leerme, si así lo fuera. Sea.

Lo será en esta época que nos ha tocado asistir, en un vivir y/o padecer, de confitados... a punto de caramelo.

Nota: el texto en cursiva es un fragmento extraído de la novela, "Música sentimental: silbidos de un vago", de D. Eugenio Cambaceres, publicada en 1884.

Nos encontramos.

Reciban servicial zalema, Señor de Cascales. Spain, a 5 e Abril de 2020.

· Señor de Cascales es autor de más de una veintena de publicaciones: investigación histórica, poesía y otros géneros. http://obra.decascales.com

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